Hazard
Hazard, perturbador radical y arma imparable, se ha hecho famoso en el submundo criminal por luchar para acabar con el sistema.
Tanque
Glasgow, Escocia (anteriormente), desconocido
11 nov (Edad: 24)
Habilidades
Lanzaespinas
Disparas una ráfaga de púas.
Protección de púas
Te proteges del daño frontal, lanzas púas dirigidas a los enemigos cercanos y recargas munición.
Salto violento
Te lanzas hacia delante. Actívala de nuevo para dar un tajo a los enemigos y repelerlos.
Muro afilado
Lanzas un muro de púas que hace daño y repele a los enemigos cercanos.
Aguacero
Haces que llueva un torrente de púas que inmoviliza a los enemigos.
Brinco
Escalas muros bajos y te agarras a los salientes.
Las teclas predeterminadas de PC que aparecen a continuación se pueden configurar en el juego.
Historia
Tras superar los estragos que vivió en su atribulado pasado, Hazard sobrepasó todos los límites de su cuerpo con mejoras avanzadas que potencian su fuerza y agilidad. Como miembro de los modis, lucha por proteger a los que considera que ha dejado rezagados el sistema. Tan vehemente como radical, se enorgullece de respaldar a los modificadores corporales que tiene como familia contra Overwatch, Talon y toda organización que imponga el statu quo.
Hijo de veteranos de la Crisis Ómnica, Findlay Docherty se crio pobre y rodeado de violencia. Su madre falleció cuando era pequeño y su arisco padre no se dejaba ver mucho, por lo que el joven Findlay se las tuvo que apañar solo. Lo único que pagaba la comida eran los cheques que llegaban del gobierno como retribución por el servicio militar de sus padres. Aunque creció respetando los organismos que lo sustentaban, su miseria y su pobre rendimiento en clase lo convirtieron en una víctima del acoso escolar durante años, hasta que aprendió a defenderse. Acabó alistándose en el ejército y dejó atrás su antigua vida con la convicción de que podría triunfar si contribuía en el sistema.
La tragedia golpeó a Findlay al verse atrapado en un conflicto entre Overwatch y Talon en Glasgow. La caída de una nave sobre el piso donde se crio mató a su padre y él no pudo salir de las ruinas hasta casi dos días después. Aunque acabó sobreviviendo milagrosamente, el accidente le provocó tres amputaciones y dolor crónico para toda la vida, por no mencionar el fin de su carrera militar. El gobierno le ofreció prótesis básicas, analgésicos y otro cheque mensual a cambio de olvidar lo ocurrido, pero no soportó semejante injusticia. Su familia, su hogar, su profesión... Lo había perdido todo y no le quedaba nadie con quien desahogarse de su pesar. ¿Cómo iba a lograr superarlo?
En ese momento descubrió a los modis, un movimiento contra el sistema formado por anarquistas que se mejoran a sí mismos y que protegieron a los ómnicos tras la Crisis. Lo acogió una de sus miembros más destacada: una experta modificadora corporal llamada Touch-Up que lo equipó con mejoras personalizadas para ayudarlo a recuperar movilidad y remediar su dolor. Con el tiempo, los modis se convirtieron en la familia de Findlay y él se sumó a su causa con gran entusiasmo. Como parte del equipo, estaba dispuesto a tumbar los sistemas preservados por los organismos como Overwatch y Talon. Recorrieron el mundo juntos y él se fue transformando a base de mejoras. Fuera cual fuera el peligro, era el primero que se lanzaba a la refriega con tal de proteger a sus amigos. A lo largo de sus escapadas, se hizo con un nuevo nombre: Hazard.
Hazard continuó impulsándose con nuevas mejoras que aumentaban su estatura, velocidad y fuerza, aunque el verdadero punto de inflexión llegó cuando los modis decidieron robar un inusual isótopo de vanadio en el Ministerio de genética de Oasis. El isótopo era inestable, pero Touch-Up se percató de su potencial. Diseñó un nuevo modificador para que Hazard pudiera integrar el vanadio en su cuerpo y así darle la forma de un arsenal letal. Aunque sabía que albergarlo lo convertiría en uno de los delincuentes más buscados del mundo, valía la pena el riesgo. Gracias a su última mejora, Hazard se ha convertido en una verdadera amenaza para el orden mundial y una cara joven y carismática entre los modis. Los oprimidos y maltratados lo consideran un héroe; los ricos y poderosos, un peligro aterrador... Y no podría sentirse más satisfecho al respecto.