La familia Shimada se formó hace cientos de años, un clan de asesinos cuyo poder fue creciendo con el paso del tiempo hasta convertirse en un inmenso imperio criminal que se lucraba de la compraventa de armas y sustancias ilegales. Hanzo, como hermano mayor de la familia, era el heredero natural de su padre y futuro dirigente de los Shimada. Ya desde niño, lo formaron con esta idea en mente y demostró unas cualidades innatas de liderazgo y conocimientos tácticos y estratégicos. También destacaba en campos más prácticos: un prodigio de las artes marciales, la espada y el arco, pues entrenó a las órdenes de Asa Yamagami, la madre de Kiriko Kamori.

Tras la muerte de su padre, los señores del clan instigaron a Hanzo para que corrigiera a su desobediente hermano pequeño Genji para que, llegada la hora, pudiera ayudar al imperio Shimada. Cuando Genji se negó, Hanzo se vio obligado a acabar con su vida, un acto que le rompió el corazón y provocó que rechazara el legado de su padre. En última instancia, Hanzo abandonó el clan y todo aquello en lo que tanto había trabajado.

Durante años, Hanzo recorrió el mundo perfeccionando sus dotes de guerrero en un intento por recuperar el honor y dejó atrás los fantasmas del pasado. La empresa dio sus frutos años después de la muerte de Genji, cuando ambos se reencontraron y lucharon en su antiguo hogar, el castillo Shimada, ahora en manos del clan Hashimoto. Genji le dijo a Hanzo que lo había perdonado y lo instó a que se perdonase a sí mismo. El creciente revuelo en su Hanamura natal y en todo el mundo le exigirá a Hanzo elegir un bando más pronto que tarde, queda por ver por cuál se decanta.