Después de la Crisis ómnica, la Corporación Vishkar en el sur de India comenzó un proceso complejo de crear ciudades nuevas y autosuficientes para alojar a la población desplazada del país. Una de estas ciudades, Utopía, fue creada con tecnología de luz rígida radical que permitió a sus arquitectos dar forma a las calles, servicios públicos y casas de la ciudad en un parpadeo.

Después de identificarla como una de las pocas capaces de convertirse en una arquitecta de manipulación de luz, sacaron a la joven Satya Vaswani de la pobreza extrema para ponerla bajo el cuidado de la academia de arquitectos de Vishkar y nunca regresar a casa. Aislada y sola en su nueva vida, Satya se sumergió en su educación y entrenamiento. Enseguida comprendió los usos de la tecnología y fue una de las mejores estudiantes de su clase. Satya abordó la manipulación de luz rígida de forma diferente a sus compañeros, cuyas construcciones eran más procedimentales y mecánicas, mientras que ella tejió sus construcciones con los movimientos de la danza tradicional de su país natal.

A pesar de que era una de las mejores arquitectas de Utopía, la Corporación Vishkar vio más potencial en las habilidades de Satya. Dándole el apodo de "Symmetra", Vishkar la envió en misiones clandestinas alrededor del mundo para mantener sus intereses corporativos y expandir su influencia en otros países. Una de estas misiones fue en Río de Janeiro, donde Vishkar estaba diseñando un nuevo centro urbano. La empresa envió a Symmetra a obtener influencias para usarlas contra su rival desarrollador, pero Symmetra les aseguró a sus directores que la competencia era limpia. En respuesta, Vishkar destruyó las oficinas de su rival y hubo víctimas civiles.

La fe de Symmetra en Vishkar se sacudió por su experiencia en Suravasa, pues la construcción de Vishkar causó un temblor que dañó la estatua de un templo local. Como medida para mantener la paz, Vishkar envió a sus mejores arquitectos para reparar los daños. En vez de ser un mero gesto simbólico, Symmetra pasó el tiempo con Tekhartha Zenyatta y otros peregrinos Shambali que vivían ahí. Su experiencia con los Shambali la inspiró a reparar la estatua dañada con su forma única de tejer la luz rígida y con material original.

Symmetra cree que sus acciones, y algunas de Vishkar, sirven al bien mayor de la sociedad. Pero algunas veces se pregunta si el orden que desea Vishkar de verdad es lo mejor para la humanidad.